martes, 17 de marzo de 2009

Ángel





Hoy desperté sin motivación alguna como cada día, pensando que en una jornada mas estaría descansado, claro es viernes y solo en unas horas podría tomarme el merecido descanso.
Vague por la casa con los ojos entre abiertos, recolectando los utensilios necesarios que me acompañarían durante el resto del día, taza de té en mano, me acompañaba en el recorrido de idas y vueltas en mi casa, siempre seguido por la mirada de mi perro que no sacaba los ojos de la taza, por ultimo, anteojos negros, para evitar que el sol perturbe mi somnolencia, las llaves del auto y me enfrente otra vez a lo que los hombres llaman ciudad.
El viaje fue rápido y seguro, bueno eso creo, pues el sueño muchas veces hace que conduzca casi sin atención, ¿como imaginar lo que vendría?, solo pensaba a que hora llegaría pues iba atrasado. Estacione como siempre en una cortada, cerca de la estación de Subte. Asegure el auto rápido y camine esas dos cuadras que se hacen largas hasta la estación. Tome el segundo tren, pues a pesar de que llegaba tarde no tenia intenciones de viajar parado, así que espere y tome el siguiente tren, ¿casualidad? ¿Destino? eso pensé después, ya que si hubiera tomado el primero, no la habría visto...
Así fue que conseguí asiento y sin quitarme los lentes pude cerrar los ojos y dormitar un rato más. No se cuantas estaciones habrían pasado, fue raro porque aunque la observe, no había advertido sus alas, solo la vi subir y pensé que bonita era, y lo que mas me llamo la atención es que sonreía, no se porque, pues nadie la acompañaba, nadie que le hiciera alguna broma, luego su rostro volvió a ser el de una mujer, arriba de un vagón, en viaje a su trabajo, o tal vez a sus sueños.
Fue entonces cuando la mujer que estaba sentada enfrentada a mi, se levanto, dejando el lugar para que una persona se sentara, pero no hubo quien lo haga, pues quien se sentó no era una persona...sino un ángel...
Habría un metro desde ella hasta el asiento, y en ese segundo de trayecto hasta que se sentó, toda mi somnolencia se esfumo… a pesar de la oscuridad bajo tierra y mis lentes oscuros, fue de día... ella solo recorrió el tramo en dos paso, no recuerdo haber respirado, ni siquiera haber pestañado, aunque intente no mirarla pues podría asustarse, pensé que podría echarse a volar, a otra rama. Solo sentí esa luz, casi ni pude observarla, pues la luz ocultaba sus rasgos. Y cuando se sentó… ay!!! El corazón pareció empequeñecerse ante tanta belleza, tanto que hizo que me inclinara un poco.
En sus manos un libro que robaba su mirada, desee tanto haber sido libro que hasta me pareció convertirme en letras y mirarla desde abajo mientras ella me miraba y sus labios se movían casi sin notarse, pero puedo asegurar que su susurro lo llegue a escuchar, era como la brisa al amanecer, que llega con las noticias del día anterior y las nuevas del nuevo día. Creo que se dio cuenta, porque levanto su vista rápido y me miro, aunque a mi me pareció que recorrió desde el libro hasta mirarme todo un viaje, y aquí paso lo que creo fue lo peor, la mire a los ojos, mi rostro no hizo siquiera un mínimo movimiento, ya no tenia dudas, Dios!!! Es un ángel!!! Me dije, tenia sus alas, pero no alas de pájaro, como solía pensar, eran mas parecida a la de las hadas... pequeñas y delicadas... parecían tener un leve movimientos, y aseguro que imitaba los gestos de su rostro, su rostro!!! No había ni un solo rasgo que no armonizara, y el maquillaje no existía, nada, sus labios al natural, parecían besar el aire y cientos de besos escapaban revoloteando a su alrededor, hasta sentí uno en mi mejilla, aun lo siento... pero yo tenia los lentes, y aunque sentí que ella podía ver a través de ellos, bajo su mirada sin haber encontrado entre mis ojos y los suyos palabra alguna, esas palabras que solo dicen los ojos...
Fue un viaje tan largo y tan corto. Su alas se extendieron y la ayudaron a levantarse tan fácil que casi parecía no tener peso, luego fue hasta las puertas del vagón y ya no volví a verla, solo comencé a agradecer porque había conocido un ángel, entonces al parecer alguien le cedió el paso, también hipnotizado por su belleza... fue cuando la escuche... gracias!!! atino a decir, y puedo asegurar que si nunca la hubiera visto, habría sentido que hablo un ángel, ay!!! si todavía escucho su vos…
Hoy desperté como ayer, como todos los días... hoy salí a la vida como siempre, hoy entendí que en los momentos menos significantes pasan las cosas más grandes... hoy vi un ángel...y camina entre nosotros...

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