martes, 7 de abril de 2009

La Ciudad


Prólogo:

Hace varios años ya de este cuento, casi todos ya son viejos pues los nuevos no los tengo registrados.

Este relato en particular marco mucho en mi vida, es una alegoría de muchas cosas que me pasaban en esa época, sin embargo, como pasa siempre en esos momentos aparece algo o alguien que nos muestra otra vez el camino, un camino que no hubiera retomado sin la ayuda de mi amigo Esferos, por eso decidí dejar el cuento tal cual lo escribí en ese momento, sin corrección que bastante falta le hace.

Este cuento también viene acompañado de otra ilustración de Fede Nessi que por cierto mejora mucho mis cuentos!!! Gracias Fede!!! Recuerden que pueden ver más de su obra en su blog ( ver link en esta pagina ).

Sin más los dejo con el cuento que obviamente esta dedicado, pues así fue escrito, a mi amistad con Esferos.


" están en todas partes y en ninguna, son parte de la creación como tú, ellos van y vienen sin darse cuentan, son poderosos y muchas veces usan su poder inadecuadamente. No todos los céfiros son sabios, no todos son buenos, no todos se han despertado, ellos son iguales que tú, y tú como ellos, todos podemos ser céfiros, incluso lo somos, solo hace falta un poco de coraje para descubrirlo"

Esferos (extraído de " La luz en el viento")


La Ciudad


Túrban yacía arrodillado, el escenario era aterrador, cientos y cientos de cuerpos, una ciudad devastada por la batalla acompañaba la triste imagen del vencido caballero, los muertos ya habían partido, y si algún sobreviviente quedaba, estaba ya muy lejos, quizás en otra ciudad, defendiendo otro rey o tal vez con quienes antes eran sus enemigos, pero Túrban seguía ahí, arrodillado en su tierra, sosteniéndose con su espada, no le importaba sus heridas, la sangre se escurría poco a poco, pero no moría, solo se desangraba. Nadie sabe cuanto tiempo estuvo así, ni siquiera Esferos cuando lo encontró, lo tomo y con ayuda de su esposa lo llevaron. Esferos lo cuido un largo tiempo, y siempre le hablaba y contaba historias pero el guerrero continuaba abatido, y no pronunciaba palabra alguna, las heridas para él eran aún recientes. Solo con el tiempo, Túrban comenzó una amistad con él hombre que lo había salvado, hasta que un día Esferos le dijo " toma todas tus cosas, tendremos un viaje largo", el guerrero no entendió pero sin dudar junto sus cosas y partió con su amigo.

Esferos se detuvo, Túrban ya lo había hecho antes. Entonces el guerrero habló " que hacemos aquí"??, --- Esferos se acerco y lo miro como aquel día que lo había encontrado en ese mismo lugar-- ¡no sé!, dímelo tú--- le contestó.-- Tú me has traído y quieres que te diga yo que hacemos aquí, amigo cuando te alcanzo la locura??-- hablo el guerrero molesto. Esferos se paro junto a su amigo y señalo el paisaje, kilómetros de desolación, de tierras quemadas, solo se divisaba una ciudad fantasma en el horizonte. --- sufres por esto??? por nada??---le dijo. Túrban lo miro asombrado y respondió--- Toda mi vida luche por lo que quise y creí justo, luche por esto, y tu mismo ves que solo a quedado desolación, todo por lo que luche fue en vano--- y se arrodilló con las manos apoyadas sobre la tierra muerta.

Esferos levanto al guerrero, le entrego su espada y escudo, sin que el guerrero entendiera lo que sucedía. Entonces dijo--- nunca nada es en vano, puedes salvar tu ciudad? no, entonces sálvate tu y no mueras con ella, donde quieras que estés siempre estará contigo, y aunque el dolor sea grande ya no puedes cambiar lo ocurrido, tu luchaste por ella, pero más por ti, una lucha la perdiste, no pierdas la otra ----. Y que pretendes que haga ahora??--contesto el guerrero. Ve hasta allí, y agradece que haya sido inspiración para ti por tanto tiempo, dile que has luchado valientemente en su honor, pero ahora que la lucha acabo debes irte, despídete de ella y continua tu camino, quizás algún día vuelvas a verla brillar majestuosa en el horizonte, y te hará feliz saber que tu espada colaboró en ello--- y con esas palabras Túrban se marcho.

Esferos regreso a su hogar con sus hijos y su esposa. Recibía a veces cartas de su amigo, aunque era difícil porque vivía muy alejado de las ciudades, pero las traían sus hijos, ya mayores, cuando viajaban al pueblo. Hasta que un día no recibió más y creyó que su amigo había muerto en unas de todas esas batallas que él perseguía, y sonrió sabiendo que lo había impulsado a continuar su camino, entonces alguien llamo a la puerta, Esferos atendió sorprendido, pues nadie pasaba jamas por ahí, encontró un soldado frente a la puerta--- señor Esferos ??--- pregunto el hombre --Si, el mismo.--- dijo, y el soldado haciéndose a un costado señaló el camino ---- Nuestro señor y su esposa, la reina, vienen hacia aquí, espero sepa disculpar la espera pero ya están avanzados algo de edad.-- El rey por fin llegó frente a la puerta, y ambos se reconocieron. Un fuerte abrazo perduró en el tiempo aquella tarde entre Esferos y Túrban. El soldado que había golpeado la puerta era nada menos que el príncipe, Túrban pronto regresaría a su reino a entregarle la corona, " quiero una vida de descanso junto a mi esposa, así que me retirare lejos de mi pueblo, ahora estaré mas cerca tuyo, amigo". Como fue que te convertiste en rey?? Preguntó Esferos mientras tomaban asiento en pleno campo. --- cuando fui a despedirme de la ciudad encontré a un hombre que viajaba a una ciudad no muy lejana, lo seguí y muchos años después me hicieron rey, tendré tiempo de contarte todo después, ahora debo volver a coronar a mi hijo, solo vine a decirte que fui a visitar aquella ciudad donde alguna vez nos encontramos, y la encontré brillando majestuosa en el horizonte. Comprendí que yo era parte de su brillo, de su historia y me alegre, pero más me alegró que me hayas encontrado aquel día, gracias!! Mil veces Esferos!!! Pues nunca te las di, y sabes que te debo mi vida, y mi amistad siempre será poca recompensa--- Túrban sabía que no necesitaba decirlo y Esferos sabía que no necesitaba escucharlo.

martes, 17 de marzo de 2009

Ángel





Hoy desperté sin motivación alguna como cada día, pensando que en una jornada mas estaría descansado, claro es viernes y solo en unas horas podría tomarme el merecido descanso.
Vague por la casa con los ojos entre abiertos, recolectando los utensilios necesarios que me acompañarían durante el resto del día, taza de té en mano, me acompañaba en el recorrido de idas y vueltas en mi casa, siempre seguido por la mirada de mi perro que no sacaba los ojos de la taza, por ultimo, anteojos negros, para evitar que el sol perturbe mi somnolencia, las llaves del auto y me enfrente otra vez a lo que los hombres llaman ciudad.
El viaje fue rápido y seguro, bueno eso creo, pues el sueño muchas veces hace que conduzca casi sin atención, ¿como imaginar lo que vendría?, solo pensaba a que hora llegaría pues iba atrasado. Estacione como siempre en una cortada, cerca de la estación de Subte. Asegure el auto rápido y camine esas dos cuadras que se hacen largas hasta la estación. Tome el segundo tren, pues a pesar de que llegaba tarde no tenia intenciones de viajar parado, así que espere y tome el siguiente tren, ¿casualidad? ¿Destino? eso pensé después, ya que si hubiera tomado el primero, no la habría visto...
Así fue que conseguí asiento y sin quitarme los lentes pude cerrar los ojos y dormitar un rato más. No se cuantas estaciones habrían pasado, fue raro porque aunque la observe, no había advertido sus alas, solo la vi subir y pensé que bonita era, y lo que mas me llamo la atención es que sonreía, no se porque, pues nadie la acompañaba, nadie que le hiciera alguna broma, luego su rostro volvió a ser el de una mujer, arriba de un vagón, en viaje a su trabajo, o tal vez a sus sueños.
Fue entonces cuando la mujer que estaba sentada enfrentada a mi, se levanto, dejando el lugar para que una persona se sentara, pero no hubo quien lo haga, pues quien se sentó no era una persona...sino un ángel...
Habría un metro desde ella hasta el asiento, y en ese segundo de trayecto hasta que se sentó, toda mi somnolencia se esfumo… a pesar de la oscuridad bajo tierra y mis lentes oscuros, fue de día... ella solo recorrió el tramo en dos paso, no recuerdo haber respirado, ni siquiera haber pestañado, aunque intente no mirarla pues podría asustarse, pensé que podría echarse a volar, a otra rama. Solo sentí esa luz, casi ni pude observarla, pues la luz ocultaba sus rasgos. Y cuando se sentó… ay!!! El corazón pareció empequeñecerse ante tanta belleza, tanto que hizo que me inclinara un poco.
En sus manos un libro que robaba su mirada, desee tanto haber sido libro que hasta me pareció convertirme en letras y mirarla desde abajo mientras ella me miraba y sus labios se movían casi sin notarse, pero puedo asegurar que su susurro lo llegue a escuchar, era como la brisa al amanecer, que llega con las noticias del día anterior y las nuevas del nuevo día. Creo que se dio cuenta, porque levanto su vista rápido y me miro, aunque a mi me pareció que recorrió desde el libro hasta mirarme todo un viaje, y aquí paso lo que creo fue lo peor, la mire a los ojos, mi rostro no hizo siquiera un mínimo movimiento, ya no tenia dudas, Dios!!! Es un ángel!!! Me dije, tenia sus alas, pero no alas de pájaro, como solía pensar, eran mas parecida a la de las hadas... pequeñas y delicadas... parecían tener un leve movimientos, y aseguro que imitaba los gestos de su rostro, su rostro!!! No había ni un solo rasgo que no armonizara, y el maquillaje no existía, nada, sus labios al natural, parecían besar el aire y cientos de besos escapaban revoloteando a su alrededor, hasta sentí uno en mi mejilla, aun lo siento... pero yo tenia los lentes, y aunque sentí que ella podía ver a través de ellos, bajo su mirada sin haber encontrado entre mis ojos y los suyos palabra alguna, esas palabras que solo dicen los ojos...
Fue un viaje tan largo y tan corto. Su alas se extendieron y la ayudaron a levantarse tan fácil que casi parecía no tener peso, luego fue hasta las puertas del vagón y ya no volví a verla, solo comencé a agradecer porque había conocido un ángel, entonces al parecer alguien le cedió el paso, también hipnotizado por su belleza... fue cuando la escuche... gracias!!! atino a decir, y puedo asegurar que si nunca la hubiera visto, habría sentido que hablo un ángel, ay!!! si todavía escucho su vos…
Hoy desperté como ayer, como todos los días... hoy salí a la vida como siempre, hoy entendí que en los momentos menos significantes pasan las cosas más grandes... hoy vi un ángel...y camina entre nosotros...